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Isabel Pallamay: La última cacica

La novela "La Pallamay", del poeta y periodista Carlos Patiño, narra de manera contundente la historia de los indios quilmes, el por qué del nombre de la localidad y revaloriza el papel de la primera cacica argentina.

La novela histórica "La Pallamay. La indescifrable estrella de los indios quilmes", del escritor Carlos Patiño, saca a la luz el papel de liderazgo de Isabel Pallamay, primera mujer en acceder a un cacicazgo en territorio sudamericano, en un mundo cuyas decisiones primordiales parecían reservadas a los hombres.
El libro, con el sello de Mondragón ediciones, en un cruce entre ficción narrativa y datos de la realidad, aporta el retrato de una mujer valerosa que logra imponer su linaje en 1703. Habría de pasar más de un siglo para que apareciesen mujeres de cierto protagonismo -viudas de jefes, princesas, guías espirituales, lenguarazas- y el nombre perdido de algunas cacicas indias como María Grande, líder tehuelche a quien conoció Darwin, y Dugu Tayen, la cautiva que guió en La Pampa los restos de la tribu del cacique Juan Catriel.

Según Patiño, narrador, periodista y poeta, nacido en Buenos Aires en 1934: "Isabel Pallamay fue la primera mujer cacique de cualquier nación indígena, al menos de sudamérica. Princesas hubo muchas, pero ninguna accedió al Señorío, al cacicazgo que en todas las tribus estuvo reservado a los varones".

Sobre el papel de esa "hembra que pudo vencer en un mundo violento", agrega Patiño: "Nada más gráfico ni patético que su lucha por acceder a un cacicazgo que le pertenecía por imperio de las leyes inmemoriales de su nación, a sabiendas de que la destrucción de su pueblo ya estaba casi consumada. Precisamente esa condición hace que su lucha tenga más valor; una lucha ética, de derechos que no deben discutirse, desprovista de cualquier otro interés. Tenía catorce años en esa época turbulenta, presa en un virtual campo de concentración, atreviéndose a reclamarle al conquistador lo que creía le pertenecía por derecho, en un contexto en el cual el conquistador hacía negocios con quienes usurpaban el cacicazgo. La Pallamay se atrevió a eso y es su mayor mérito".
Catedrático -dio clases en la Facultad de Ciencias Sociales de Paraná- y autor de 7 libros de poesía, entre ellos "Manuales del sobreviviente", Premio Casa de las Américas en 1990, el autor de "La Pallamay" ve a su personaje como "Una mujer hermosa, caprichosa, temperamental, volcánica, cándida pero firme como roca en lo que considera sus derechos; en el fondo desvalida y orgullosa".

La novela se apoya en una investigación minuciosa, aunque -dice Patiño- la bibliografía es escasa: "Casi no existe historia de las costumbres de los quilmes. El libro más serio es ‘Quilmes colonial' de la historiadora Guillermina Sors, hoy inhallable. No encontré material sobre vida cotidiana, costumbres, ritos y creencias, por lo que recurrí a deducciones y a la imaginación. Lo constatado es que hablaban lengua cacana y como nación procedente del sur del Perú, sus dioses y su lenguaje sagrado eran incaicos. Para ubicar el paisaje con que se encontraron los quilmes al ser ‘extrañados' a tierras vírgenes recurrí a ‘Flora y fauna de Quilmes', del doctor Craviotto; y la arqueóloga Zunilda Quatrín me suministró la historia documentada del juicio de Isabel Pallamay a las cortes españolas. Sí hay documentación a partir de 1880, pero mi novela acaba en 1718, cuando muere la Pallamay"...

La nota completa en Sudestada n°39.

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Autor

Jorge Boccanera