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Diana Sacayán. Fue travesticidio

Por primera vez el Poder Judicial determinó la prisión perpetua por un homicidio agravado por odio a la identidad de género mediando violencia de género: fue la primera vez en la historia de la Justicia de nuestro país que una muerte, un brutal asesinato de una compañera travesti, llegó a juicio oral y público...

¿Por qué este juicio es histórico?
Por primera vez el Poder Judicial determinó la prisión perpetua por un homicidio agravado por odio a la identidad de género mediando violencia de género: fue la primera vez en la historia de la Justicia de nuestro país que una muerte, un brutal asesinato de una compañera travesti, llegó a juicio oral y público. Se investigó, se caratuló como "femicidio" y fueron tenidos en cuenta protocolos para la movilidad del cuerpo en este tipo de asesinatos. Intervino la Unidad Fiscal especializada en violencia contra las mujeres y personas lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transgénero, transexuales e intersexuales (UFEM), lo que no pasa en la generalidad de los procesos judiciales donde son niñas, mujeres o travestis las asesinadas. Fue querellante también el INADI, que era el organismo público donde Diana trabajaba al momento de su travesticidio.
Cabe destacar la importancia de incorporar en el juicio la declaración de Lohana Berkins post morten a través de su lectura en la ante última audiencia, momento en el que personalmente quebré en llanto al pensar en lo miserable y tristes que convierten nuestras vidas, en pensar que Lohana se nos apagó y falleció cuatro meses después del travesticidio de su amiga y compañera de luchas, a Lohana se la llevaron el dolor y tristeza, y ella también terminó siendo otra víctima del travesticidio social o genocidio travesti-trans que venimos denunciando hace décadas.
Lohana solicitó que este crimen de odio se encuadre en un travesticidio, remarcó en su declaración que a Diana la asesinaron por ser travesti. Habló del estructural condicionamiento que atraviesan nuestras vidas. Además, lo destacado de este juicio fue que otras compañeras travestis dieron testimonio, una de ellas como testiga experta, la activista muxe Amaranta Gómez Regalado.
Esto constituye una presencia fuerte de las voces travestis sin interlocuciones y mandatando al tribunal a hacerse eco de cómo vemos al mundo las travestis.
En la audiencia en la que dio testimonio su amiga Mónica, quien vivía con ella (en el departamento de Flores en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lugar donde encontrara asesinada a Diana), sentí una profunda tristeza al oír su relato; ella expresó, entre otras cosas: "Si a Diana la mataron así, qué me queda a mí que no soy nadie", frase que nos resuena a muchas todo el tiempo, ya que esta sociedad nos hace sentir que no somos nada, que no somos nadie, concepto que se recrea con el propio testimonio de Mónica. Que las travestis hablemos en el juicio de una compañera asesinada es un hecho histórico.
Otro factor que hace histórico este juicio es la participación y la unidad de organizaciones sociales, partidos políticos, de los feminismos y de gran parte del colectivo LGTBI, que llevó adelante esta lucha durante los casi tres años de pedido de justicia y que se viera reflejada en los tribunales, tanto dentro como en la plaza donde durante casi tres meses se llevó adelante en cada audiencia la radio abierta con intervenciones artísticas y discursos de referentes y activistas tanto de nuestro país como de otros, siendo las principales oradoras en cada radio abierta las travestis, como debía ser, porque como dijimos desde el primer día el juicio de Diana es el juicio de todas las travas, porque este juicio organizado por las organizaciones, partidos políticos, activistas e independientes fue el puntapié para visibilizar el genocidio travesti-trans que se aplica lenta y silenciosamente sobre nuestras identidades no binarias.
Otro de los elementos que dan particularidad a este juicio es el bloque constituido para representar a Diana: la querella, la fiscalía, la UFEM, la querella del INADI.
Por último, y no por ello menos importante, el rol y el protagonismo de la familia constituida por sus hermanxs y sobrinxs. Esto derriba el mito de que las travestis no tenemos una familia que nos acompañe, que nos abrace, y que sostenga como nosotras nuestro derecho a existir, a no ser prostituidas, a no ser marginadas, encarceladas, discriminadas, abusadas; es decir, nuestra identidad que esta también constituida por quienes nos rodean, nos abrazan, nos acompañan, nos afirman en este mundo de gusanos capitalistas con el coraje para ser mariposas...


(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada... ¿Por qué publicamos apenas un fragmento de cada artículo? Porque la subsistencia de Sudestada depende en un 100 por ciento de la venta y de la confianza con sus lectores, no recibimos subsidios ni pauta alguna, de modo que la venta directa garantiza que nuestra publicación siga en las calles. Gracias por comprender)

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Autor

Florencia Guimaraes García