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Entrevista: Cuatro pesos de propina

La manía de no callar

Se hacen llamar Cuatro pesos de propina, son uruguayos y, detrás de La vela puerca y No te va a gustar, integran ese dream team de rock charrúa que crece en convocatoria cada vez que se suben al lanchón para tocar del otro lado del charco. por Leonardo Rodríguez

Ritmo saltimbanqui. Acordes de un ska entrecortado con la batería a contratiempo. Se cuela un acordeón, una trompeta, un bongó. Canciones para saltar, notas que sin embargo traslucen en tonos menores cierta melancolía, para no bajar la guardia.

En esta coyuntura latinoamericana se instalan con fuerza expresiones culturales que en los 90 representaron la resistencia y hoy pueden musicalizar cierta idea de cambio político y social. Podría resultar cómodo para Cuatro pesos ubicarse en ese rango, pero si el cambio se reduce al apoyo a los gobiernos ellos guardan el instrumento en la valija y van con la música a otra esquina. Esa idea de libertad se traduce en ese espíritu libre, lo que les da ese gustito particular cada vez que los palillos dan cuatro golpes sobre un escenario y se desata el baile, algo que ellos definen como "la manía de no poder callar lo que te pide la mente".

Con dos discos, Se está complicando y Juan, editados por la propia banda, están prontos a emprender su primera gira por las provincias argentinas. Santa Fe y Córdoba son sus paradas obligadas. Antes tocarán en La Plata y en el gran Buenos Aires.

Ya teníamos la música y su lírica, está claro que para la banda "actitud" y autogestión definen su modus operandi, sólo faltaba saber quiénes son y por qué lo hacen. En busca de algunas respuestas, Sudestada se cruzó en un bar del barrio de Congreso con Gastón y Pepe, guitarrista y percusionista de la banda, respectivamente.

-¿Cómo fueron los inicios de la banda?

Gastón: -Como muchos otros, fuimos un grupo de guachos que se juntó en 2000 a compartir y hacer música. Recién en 2004 se consolidó el grupo musical que conocés hoy. Nuestro primer disco, Se está complicando, salió en enero de 2007 y vino a plasmar lo que veníamos tocando.

-¿Por qué Se está complicando?

G -"Se está complicando" es la estrofa de una canción, pero también es de esas frases que ya nos rendía en el sentido de explicar un presente que a nosotros nos ilustraba bastante.

Pepe -Fue el mejor nombre para ese momento. Era nuestra visión de las cosas, de nuestro cotidiano y, a la vez, está bueno porque deja la libertad. Hay ambigüedad en la frase, se está complicando nuestra vida, se está complicando el país... el planeta entero y por qué no, el cosmos. Agarralo para donde te haga reflexionar.

-¿Y esa fue un poco la idea al armar la banda, transmitir un mensaje que te haga reflexionar?, ¿o tenía otros objetivos?

G -No al principio, quizá sí más adelante, cuando la música empezó a pasar de otra manera. Pero al principio apenas sabía tocar la guitarra, el baterista apenas agarraba los palos. Aprendimos a tocar en la banda. Después de tanto tiempo, se generan códigos propios, que son los que te dan una identidad.

-Antes de comenzar con la entrevista, nombraste Cromañón. ¿Cómo se vio desde Uruguay y cómo lo sintieron cuando vinieron a tocar a Buenos Aires?

G -En Uruguay se vio como te lo muestran los medios: el rocanrol es malo y atrae cosas malas. En lo personal fue una cagada. Surgen prohibiciones, y la actitud de un gobierno que viendo cómo venía la mano aprovechó para cerrar un montón de lugares de una movida alternativa que era muy importante en Buenos Aires. Fue como una privatización del rock.

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 100 - julio 2011)

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Autor

Leonardo Rodríguez