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Envejecer juntas. La vejez lésbica en resistencia

¿Qué vamos a hacer cuando seamos viejas? Esa es la pregunta que viene a responder Sueños de Mariposas, un proyecto feminista que busca ser abrigo para mujeres adultas mayores lesbianas. La mirada se posa sobre personas que fueron violentadas durante toda la vida y que buscan la contención en un espacio de compañía.

Alicia comenzó a tener un sueño recurrente a los 17 años: caminaba entre montañas y llegaba a un pueblo en el que eran sólo mujeres. Cuenta que, años después, una suiza mal vestida se le acercó en un bar europeo para invitarla a conocer una comunidad similar en los Pirineos. Parecía habérsele cumplido el sueño. Sin embargo, perduró en el tiempo y hoy, a sus 67 años, Alicia trabaja para hacerlo realidad en su tierra. "Se trata de un espacio de vida para que las lesbianas envejezcamos juntas y sin violencias", asegura en esta entrevista con Sudestada. Y aprieta los puños entre palabra y palabra, como quien desea algo con fuerza.

Con el paso de la vida, aquello que parecía una fantasía se transformó en proyecto concreto. Alicia, junto con otras dos compañeras, tiene el objetivo de construir una casa intergeneracional que haga foco en la vejez lésbica. El paso siguiente a ese es que se convierta en un "lesbiátrico". Ella transmitió esa inquietud hace dos años en un grupo de facebook transfeminista.

¿Por qué nadie pensó en un espacio para que vivan las lesbianas adultas mayores? ¿A qué otras violencias se enfrentan ellas al final de su vida cuando terminan en un geriátrico común? De esas preguntas emergió la respuesta a una necesidad. Alicia llamó a ese futuro espacio de contención "Sueños de Mariposas": "Es en reconocimiento a las hermanas María Teresa, Patria y Minerva Mirabal, a Diana Sacayán y a Lohana Berkins".

En junio de 2017, ese debate en redes sociales se convirtió en un primer encuentro en el bar de Radio La Tribu, el mismo lugar en el que transcurre esta entrevista. La idea era verse, conversar y poner en común sus historias. Fue así que las reuniones se prolongaron en el tiempo y tuvieron lugar en otros espacios para invitar a mujeres lesbianas jóvenes y adultas mayores a que se sumaran a la iniciativa. También a través de varietés y ciclos semanales de cine. Sin embargo, la ronda estaba abierta para más problemáticas. "Apoyamos otras causas, como la lucha que llevan las mujeres y disidencias dentro de las cárceles", dice Alicia. Hoy no van a ninguna parte sin su bandera, en la que se puede leer "Vejez lésbica en resistencia" en letras negras.

"La precarias condiciones de vida que atravesamos las lesbianas y en especial las mayores (la pobreza, la soledad, la invisibilización y la discriminación) nos plantea la urgencia y la necesidad de construir una respuesta propia: una alternativa colectiva y asamblearia que nos abrigue y que propicie otros modos de estar juntas. Consideramos que ser lesbianas es una identidad política que desafía al régimen heteronormativo. Es desde ahí que nos proponemos crear estrategias grupales, horizontales y sustentables que se transformen en soluciones reales para las lesbianas cis y trans en situación de vulneración económica", escribieron para convocar a una de sus reuniones...



(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada... ¿Por qué publicamos apenas un fragmento de cada artículo? Porque la subsistencia de Sudestada depende en un 100 por ciento de la venta y de la confianza con sus lectores, no recibimos subsidios ni pauta alguna, de modo que la venta directa garantiza que nuestra publicación siga en las calles. Gracias por comprender)

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Autor

Agustina Lanza