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David Viñas

14 hipótesis de trabajo en torno a Eva Perón

"Tradicionalmente la izquierda argentina incurrió en un sectarismo que la alejó de los procesos populares. Por un movimiento pendular -atiborrado de un sentimiento de culpa y de avidez por lograr una identidad sin fisuras- algunos que conocieron por ósmosis ciertos temas de la izquierda se han desplazado al otro extremo: al oportunismo, al seguidismo respecto del peronismo y de lo que Eva Perón encarna como símbolo", sintetizaba David Viñas en 1965. Como Rodolfo Walsh, acudió a la figura de Eva desde la ficción, pero también desde este ensayo que abre puertas a la polémica en busca de la raíz de una mítica construcción. Un texto de enorme valor documental, un acercamiento al otro lado de la mujer que cambió todo para siempre.

1. Advertencia inicial y aparentemente obvia. Como Rosas, Encarnación Ezcurra, Hipólito Irigoyen y Perón, Eva Perón es una de las figuras más discutidas de la historia argentina. Lo que hasta ahora se ha escrito sobre ella, casi sin excepción no va más allá del agravio o la obsecuencia. No es extraño: la supuesta historiografía sobre esta figura reproduce en forma mediata y deformada los términos opuestos más esquemáticos que se dieron en los hechos. De ahí que como correlato a la necesidad de superarlos dialécticamente debe plantearse ya una perspectiva que realmente apele a pautas críticas. Dicho de otra manera: tengo la convicción de que así como la faena específicamente política que urge hoy es la de superar y profundizar la problemática abierta en 1945, la vertiente ideológica y cultural debe plantearse una interpretación en profundidad de ese proceso.


2. Los padres. Por su rama paterna Eva Duarte se vincula ambiguamente con una jerarquía de estancieros conservadores de la provincia de Buenos Aires: Juan Duarte es un feudatario menor de los Malcom, quienes a su vez representan a una gran familia "vasalla" de Marcelino Ugarte. Pero esa continuidad se deteriora, pues ella nace en el tránsito desde los últimos años del poderío conservador sobre el gran feudo bonaerense hacia el gobierno de los radicales de clase media y origen inmigrante (Crotto en la provincia, Lettieri en el municipio). Por el lado de su madre se inserta en una larga serie de "soldaderas"; hijas, madres y abuelas que habían aprendido a soportar solas la dureza de la frontera y que se convirtieron en "puesteras" con la división de la tierra, la propiedad con títulos y el pasaje de la vida trashumante a la sedentaria.


3. La frontera en la vida cotidiana. Eva Duarte nace en 1919 frente a los campos de la tribu de Coliqueo. Son las concesiones otorgadas en tiempos de Mitre que se les fueron escamoteando durante el apogeo de la oligarquía. Ese es el escenario que sirve de punto de partida a Eva Duarte y la presencia del indio es permanente en su infancia: la partera de su madre es una india, uno de los testigos de su nacimiento está casado con una india y su formación transcurre entre los desfiles de esos "aborígenes" (como los designan las fotografías de entonces) de a caballo, vestidos de saco y corbata y enarbolando enormes lanzones y una boina blanca en la cabeza. Estamos aquí a nivel de la historia acontecimiental.


4. De la Conquista del Desierto al proceso de concentración urbana. Los representantes de su rama materna, de origen vasco -los Ibarguren, los Núñez-, salidos de Bragado, se insertan en el movimiento de este a oeste que va marcando la Conquista del Desierto. Este es el nivel de la historia circunstancial. Inscribiéndolo en su contexto a nivel mundial, ese proceso se conecta con la expansión del imperialismo justificado teóricamente por el liberalismo de la segunda mitad del siglo xix: la misión del hombre blanco, el avance del progreso. Londres-Buenos Aires-Bragado-Los Toldos. Cuando en 1929 la familia Duarte abandona Los Toldos rumbo a Junín -emporio regional- empieza a marcarse el movimiento inverso. Y en el instante en que Eva Duarte se arranca de Junín en dirección a Buenos Aires en los últimos meses de 1934, se encabalga en ese proceso inverso ya generalizado: los "cabecitas negras" que avanzan sobre la metrópoli en un amplio fenómeno de crisis campesina, industrialización y concentración urbana. Y, por cierto, en un movimiento que cuando intenta articularse políticamente se proclamará antiimperialista y antiliberal. En esa perspectiva, "el aluvión zoológico" es nada menos que la respuesta dialéctica y secular de la conquista del desierto. Como se ve, ya estamos aquí a nivel de la historia estructural.


(La nota completa en Sudestada N° 134 - noviembre de 2014)

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