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Entrevista con Félix Díaz

"La Presidenta se burló de nosotros"

Félix Díaz fue una de las 30 mil personas que el 20 de mayo de 2010 ingresó por la avenida 9 de Julio hacia Plaza de Mayo, en la histórica marcha de los pueblos indígenas.

Félix Díaz fue una de las 30 mil personas que el 20 de mayo de 2010 ingresó por la avenida 9 de Julio hacia Plaza de Mayo, en la histórica marcha de los pueblos indígenas. Díaz estaba junto a una veintena de qom, con una bandera blanca pequeña: "La tierra es nuestra vida. Respeten nuestros derechos". En el ángulo inferior de la bandera, como una suerte de firma, en letras pequeñas se dejaba leer "Comunidad qom La Primavera. Formosa". Díaz pasaba inadvertido en Buenos Aires, aunque ya era un luchador incansable en su provincia. Un mes después, comenzaría el corte de ruta en Formosa por reclamo de tierras, sobrevendrían la represión, los asesinatos y tres años de lucha sin pausas.

Félix Díaz es hoy un líder indígena reconocido a nivel nacional (referente del Consejo Plurinacional Indígena), rompió los estereotipos de militante social y logró que la realidad indígena de la Argentina trascienda las fronteras. Es una figura pública, no pasa desapercibido. Al caminar junto a él se confirma que es observado, algunos lo saludan y le dicen "fuerza", otros lo miran con recelo. Félix Díaz, 53 años, cuatro hijos, tres nietos, repasa en Sudestada los últimos tres años: gobiernos (nacional y provincial), extractivismo, indígenas funcionarios, la Presidenta, el Papa, la lucha indígena en la Argentina y el futuro desde el pensamiento qom.

-¿Cuál es el balance de estos tres años de lucha?

-Hubo muchas cosas positivas. Quizá la principal es poder instalar la problemática indígena a nivel social: hay una concientización importante respecto de que los indígenas seguimos estando. Es positivo que cada vez más se fortalece la lucha de todos los pueblos indígenas de la Argentina, que se están dando cuenta de los derechos que han sido violados.

-¿Y los aspectos negativos?

-A pesar de que hemos sido reconocidos como pueblos preexistentes, no hemos encontrado la respuesta de las autoridades que tienen competencia en el tema de resolver los conflictos: sobre todo a los reclamos sociales y territoriales que son los que ocasionan la muerte de los pueblos indígenas. Hay falta de diálogo y la situación de los pueblos indígenas no está presente en la agenda política de los gobernantes.

-¿Cómo es el accionar del gobierno de Formosa?

-No hay protección de los derechos humanos y hay un trato muy discriminatorio. Hay escasez de agua, no hay acceso a la salud, hay falta de trabajo. El Gobierno naturalizó el tema del patronato como ser el que dirige ordena, decide. Coopta el liderazgo de los pueblos indígenas por un sueldo a un cacique o presidente de asociación para manejarlo. Manipula el liderazgo y eso afecta a las comunidades. El liderazgo indígena se convierte como un patrón, un modelo de digitar a los demás para ejercer control.

(La nota completa en Sudestada n° 123, octubre de 2013)

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Autor

Darío Aranda